Moverse más, incrementar mínimamente la actividad física que realizamos durante el día, ya sea abandonando el ascensor o estacionando el auto antes de llegar para caminar unos pasos, favorece notablemente nuestra salud y disminuye el riesgo de padecer enfermedades.
Ahora bien, si hacemos lo contrario, es decir, volver a tomar el ascensor y abandonar las escaleras, volver a utilizar el auto en lugar de caminar; por mínimo que haya sido el esfuerzo que antes realizábamos, estamos dando pie a que las enfermedades aparezcan.
Una investigación danesa confirma que reducir un poco el nivel de actividad diaria incrementa el riesgo de padecer diabetes, enfermedad cardíaca y muerte prematura.
El equipo inició el estudio con hombres sanos, con peso normal, sin historial familiar de diabetes y ninguno de ellos fumaba. El nivel de actividad física de los individuos al iniciar la investigación quedo establecido por un podómetro.
El cambio que se introdujo durante la investigación para reducir el número de pasos fue la utilización de un vehículo para trasladarse, aún en viajes cortos, en lugar de caminar o usar la bicicleta. También se estableció abandonar las escaleras y tomar los ascensores.
Luego 14 días de actividad diaria reducida, se observó en los participantes un incremento del nivel de insulina circulante en sangre (paso previo a la resistencia a la insulina) de hasta un 60%, lo cual indica una alteración en el metabolismo de la glucosa luego de la disminución de pasos.
Asimismo, luego de reducir la actividad física diaria se observó un aumento en los factores de riesgo cardiovascular, entre ellos habían aumentado los niveles de triglicéridos en sangre y la grasa abdominal.
Cabe aclarar que en ninguno de estos casos se vio modificado el peso corporal de los individuos que disminuyeron los pasos caminados para ser evaluados. Esto significa que las enfermedades aumentaron ante la reducción de actividad física independientemente del peso corporal de los individuos.
Este hallazgo indica que un menor nivel de movimiento puede ser el punto de partida de muchas enfermedades, inclusive, la muerte prematura. Pero no debemos perder de vista los beneficios de realizar lo contrario, es decir, de incrementar aunque sea mínimamente la actividad física diaria.
Este estudio confirma la importancia de la actividad física en el desarrollo de enfermedades, muchas veces damos más importancia a nuestro peso corporal, que en este caso no se vio modificado y que sólo constituye un parámetro de medición, y restamos interés al sedentarismo o inactividad física.
La asociación encontrada en esta investigación es de gran relevancia para que todos revaloricemos la actividad física y recordemos que por mínima que ésta sea, todo movimiento ayuda y nuestro cuerpo lo agradecerá enormemente. No olviden que en sólo 14 días podemos cambiar el rumbo de nuestra salud.
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